jueves, 1 de agosto de 2013

ENCUENTRO CON EL TIEMPO

La trilogía que he escrito titulada “ENCUENTRO CON EL TIEMPO”, a nivel digital y “totalmente gratuita”, la pongo a disposición de todo aquél que como lector y amigo, me lo solicite a mi e-mail: toniosais@yahoo.es Mi intención es entablar un valioso diálogo y, por ello, os agradecería vuestra crítica opinión personal cuanto más amplia mejor. Cuando tenga ocasión de financiar la obra la imprimiría “vía papel”. De momento, os enviaría el primer libro de los que está compuesta la totalidad de los tres libros cuyo contenido os describo someramente: Primer libro. “ANALEMA, UN 23 NOCTUBRE”. Consta de unas 345 páginas y describe la lucha contra la bruma del olvido para atraer los recuerdos. Éstos, sin ser “acta notarial”, intentan ser capaces de convertirse en creativa memoria para que el tiempo manifieste la transparencia de la existencia del ser en el vértigo del propio fluir. Segundo libro. “EN EL PROFUNDO SILENCIO”. Contiene unas 280 páginas y profundiza sobre la filosofía del tiempo en la propia existencia y en el universo como paradigma de la tensión de opuestos en la perspectiva de la consecución del equilibrio existencial que justifique la verdadera razón de la lucha del ser. Contiene dos anexos: “Consideración del tiempo en la filosofía” y “Representaciones del tiempo”. Tercer libro. “HASTA SIEMPRE”. En unas 150 páginas narra el tiempo eterno como vocación del ser y búsqueda del futuro humano. Porque cuando la materia busca descanso el espíritu tiende a lo eterno, ya que si la sed del cuerpo es insaciable la del alma lo es aún más, sin necesidad del dios perdido en la vacuidad. Espero vuestras noticias. ANTONIO ANSIAS

martes, 17 de abril de 2012

ENCUENTRO CON EL TIEMPO


Ria de Arousa desde Curota -Sierra de Barbanza

VIAJERO EN EL TIEMPO. ENTRAMADO EN EL TIEMPO: 1940
En lucha contra el olvido, el viajero busca sus circunstancias para comprender la memoria colectiva de la humanidad en los avatares de su historia a la que es contemporáneo y simultáneo. Por ello, aún sin conocerlos ni participar en ellos, siempre estará influido por los acontecimientos de su tiempo porque lo real en el tiempo es el ser y sus circunstancias, según Ortega y Gasset. Éstas, como vientos variables penetran en todos los entresijos del ser e influyen en el inconsciente de lo que fue, será y es. Los hechos se entrelazan unos a otros y forman una gran caja china que contiene, a su vez, otras muchas cajas repetitivas pero únicas y además entrelazadas unas a otras. Todos estamos unidos por el gran espectáculo de la vida en los mismos mitos y en parecidos temas que nos gobiernan sin nuestro consentimiento. Todos comemos el mismo pan y nos enfurecemos y nos abatimos por los mismos delirios y las mismas batallas que, aunque no queramos aceptarlo, están fuera de nosotros pero también dentro de cada uno. Es la historia que se manifiesta cronológica y temporal pero cuyo contenido siempre es acrónico e intemporal que nos permite vivir la simultaneidad. De aquí, la atracción del pasado por lo que tiene de inverificable y la del futuro por lo que tiene de maravilloso, aunque ambas dimensiones están involucradas en la presencia del presente.
1940, un año de angustia, un año entre guerras que se solapan en el tiempo; y el 23 de octubre de este año, no es un día cualquiera, es el día inicio con tendencia a un origen de nueva dimensión, porque comprende el despliegue del futuro constituido de pasado. Es principio transparente y puerta abierta, porque el viaje más largo comienza cuando se da el primer paso, pero es igualmente tendencia al final del viaje porque el viajero debe vivir su cercano pero profundo movimiento a su propio interior, la lejana y profunda realidad de la gran inmensidad del todo. Es como ola, siempre igual y siempre diferente, que llega a la playa para retroceder de nuevo a su espacio natural. La ola, el respiro suave y plácido de la-mar cuando se comporta como fémina a quien se ama, pero también respiro estentóreo y atronador cuando el-mar actúa como masculino, a quien se teme.
1 de septiembre de 1939, el año anterior, se inicia la II conflagración mundial que termina en 1945. La guerra tiene sus precedentes: el Tratado de paz de Versalles de 1919, colofón de La Primera Guerra Mundial (1914-1918). El tratado se firma con la idea subliminal de que el tiempo posterior pudiese considerarse como una especie de tregua al situar a Italia y Alemania como países menos beneficiados. Con este sentimiento Francia en 1930, consciente que Alemania podría repetir la guerra toma sus medidas preventivas de defensa y construye la “Línea Maginot”, las defensas fortificadas mimetizadas en el paisaje a lo largo de la frontera alemana.
Por otra parte, después de la I Guerra Mundial, EE.UU y Rusia intentan mantenerse al margen del conflicto europeo al desconfiar del imperio británico y del francés. Sin embargo, tanto la “Operación Barbarroja” emprendida por Alemania contra Rusia el 22 de junio de 1941, como el ataque por sorpresa de Japón a EE.UU, el 7 de diciembre de 1941, en Pearl Harbour (Hawái) condicionaron las políticas exteriores de ambos países.
La operación alemana surge del quebrantamiento por parte de Hitler de la Alemania del III Reich del Tratado de no agresión entre éste y Stalin de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, firmado el 23 de agosto de 1939 con el nombre de los ministros exteriores de las respectivas naciones: Ribbentrop-Mólotov. El acuerdo comportará por parte de la URSS, el reparto de los países bálticos (Estonia, Letonia), Finlandia y la Polonia oriental y por parte del Tercer Reich Polonia occidental y Lituania. Seis días antes habían firmado un acuerdo comercial, con el cual Hitler obtenía las materias primas necesarias ante un posible bloqueo económico de Inglaterra y Francia. Esta relación en función de los intereses económicos y políticos de ambos mandatarios comportó las mayores acciones criminales con numerosas matanzas. Como las de Katyni, la gran hambruna en Ucrania y el caso de Belorrusia, por parte de Stalin y por Hitler, 3 millones de prisioneros rusos dejados morir por hambre y frio en campos de concentración y el gran holocausto judío. Tanto uno como otro intentaron liquidar al pueblo polaco. En esa complicidad asesina se aligeró la responsabilidad soviética, ya por su propaganda de haber ganado la guerra como por la prudencia de los aliados de no sacar a la luz tales acciones y sobre todo por la atención preeminente al holocausto judío. Por otra parte, el ataque llevado por el vicealmirante Chuichi Nagumo pretende neutralizar la Flota del Pacífico estadounidense con el objeto de facilitar a Japón la negociación de la paz, ocupar las colonias occidentales en el sudeste de Asia y romper el embargo económico al que está sometido
Tras estos eventos traidores, Estados Unidos y Rusia, las dos potencias violadas rompen su aislamiento y se comprometen con las potencias aliadas en contra de las fuerzas del Eje: Alemania, Italia y más tarde Japón. La importancia del empuje en la II Guerra Mundial de EE.UU y Rusia, motiva la pérdida de poder europeo. Pero, las dos potencias se sitúan recelosas entre sí para prevenir sorpresas traumáticas como las sufridas por ambas en 1941. La incertidumbre del momento de la victoria hizo que las energías que habían usado en su lucha contra el enemigo se volvieran contra ellos y nace el inconsciente de una real “guerra fría”.
Unos meses antes de la II Guerra Mundial España había finalizado su guerra civil. En principio, debía ser “relámpago” pero duró unos tres años, del 17 de julio de 1936 al 1 de abril de 1939. Una guerra cruel en la que hubo represión en la retaguardia de ambos bandos, el republicano y el insurrecto. Sin embargo, mientras en el primer bando el terror venía de organizaciones que escapaban a todo control, en el bando del pronunciamiento el terror se encarnizo ya que “los jefes del pronunciamiento militar se entregó a una represión sistemática“(Vicens Vives) y convirtieron la guerra como lugar de probar las armas bélicas del Eje. Franco ante las hostilidades de Francia e Inglaterra se alía con el eje y sin entrar en guerra siembra el terror ante la República Española para ejemplo de poder disuasorio de Hitler contra Inglaterra. En este contexto Francisco Franco consiente que el 26 de abril de 1937 se bombardee la ciudad vasca española de Guernica por la Legión Cóndor de la Alemania de Hitler y por la Aviación Legionaria del ejército italiano de Mussolini.

Mientras el mundo se retorcía en desplazamientos y desarraigos, deportaciones y masacres, violaciones de mujeres y experimentos con prisioneros, bombardeos masivos y utilización de bombas atómicas. España estaba hundida en la miseria después de una destrucción general. El Gobierno de España como vía para la reconstrucción nacional se aferra a la autosuficiencia y a la autarquía. Interviene en la producción y en la distribución de bienes y legisla sobre la industria de interés nacional.
En este cataclismo, Carmen, la madre del viajero arrojaba sus años como marisquera en las playas de Carril y Antonio, el padre vive su trabajo como cerrajero en los ferrocarriles del pueblo. Pero, el pequeño viajero, a pesar del desespero en el trabajo de sus padres, en la inconsciencia total era acogido por el cariño familiar. Sin embargo, en esta barbarie la persona era capaz, a pesar de todo, responder a la cultura, aun en su muerte. Así, la escritora sueca Selma Lagerlöf fallece el 16 de marzo de 1940 en Marbacka a los 81 años. Primera mujer en obtener el Premio Nobel de Literatura-1909, con su mezcla de mito nórdico, fantasía y enfoque cálido escribe: “Gösta Berlings Saga” (1891) y “El maravilloso viaje de Nils Holgersson por Suecia” (1906-1907).

DIORAMA VIII
1940. Miércoles, 23 de octubre: primer segundo y un lloro. Nuestro viajero del tiempo brota de la tierra en sus padres Antonio y Carmen (sus abuelos paternos Francisco y Luz), cuando detrás de las suaves montañas de levante emergía el sol de otoño: las nueve de la mañana. Emergía como irrepetible unidad con el rating a largo plazo de la triple A: Antonio Ansias Albizúa para formar parte de aquellos 1.729 nacimientos de media en la España de aquel día, ya que en el total del año fueron entre ambos sexos 631.285 nacimientos. Lo hacía como agua que fluye por el caño, siempre igual y distinta o como objeto que emerge lentamente en la niebla, pero en la total inconsciencia de que al minuto de nacer ya sólo se tiene atrás el pasado y delante el futuro inexistente y lejano y un presente que es tan complicado como un pasado que fue y un futuro que será. Porque siempre se vive en la simultaneidad volátil del fluir, en el que “todo se puede aprender y nada o casi nada se puede enseñar” como decía Eduardo Chillida refiriéndose al arte. El nacimiento del viajero coincidió, en Brasil, con el nacimiento de Pele (alias de Edson Arantes do Nascimento), el futbolista apodado el “Rey”. Debió ser por esta coincidencia, que el fútbol en la década del 50 no fue plato fuerte para el viajero ya por necesidad de ponerse antiparras para su miopía como por defensa daba más chutes al aire que tocaba la pelota. Por esta última razón, después de noches de insomnio y dolor, inflándole la rodilla como una bota, lo operan años más tarde del menisco derecho. Este mismo día, mientras Himmler el jefe de la policía alemana nazi, buscaba el Santo Grial en el monasterio benedictino de Montserrat (Barcelona), Franco se entrevistaba con Hitler en Hendaya (Francia). En esta conversación, Franco rehusó la entrada de España en la II Guerra Mundial y se negó a intervenir en la “Operación Félix” para conquistar Gibraltar y establecer bases alemanas en el estrecho. Sin embargo, le prestó apoyo logístico ya que los submarinos y aviones alemanes utilizaron los puertos y aeropuertos españoles. 9 de abril; Alemania invade Noruega y tropas franceses e ingleses deben evacuar Dunkerque sitiada por tropas alemanas. De abril a mayo; la Unión Soviética en el bosque de Katyn y en otras poblaciones del territorio soviético, por orden de Jósif Stalin fusila a gran parte de los 20.000 prisioneros polacos militares que hicieron, un año antes, al ocupar Polonia oriental. 14 de junio; España ocupa Tánger (Marruecos), incorporando la plaza al protectorado. 22 de junio; en París Henri Pétain firma un armisticio con los alemanes. 15 de octubre; se proyecta en las pantallas de Nueva York, “El Gran Dictador” de Charles Chaplin, una simbología en imágenes del momento político concreto. 21 de diciembre; el escritor estadounidense Francis Scott Fitzgerald muere en Hollywood-California a los 44 años de un ataque cardiaco debido a la bebida. Representante de la “generación perdida” donde el único valor es el dinero, escribe: “El gran Gatsby” (1922) y la narración corta “El curioso caso de Benjamín Button” (1921)

jueves, 16 de febrero de 2012

ACOGIDO POR EL TIEMPO-ESPACIO



Susurrante como el viento, el tiempo es el gran omnisciente sin opacidad ni inconsistencia. Es expresión del sugerente presente y recuerdo del olvido. Muestra la espontaneidad de lo instantáneo y el flujo del discurrir de las experiencias. Corre tan deprisa que arrastra el horizonte y va tan lento que parece que el horizonte le atrape. Como verbo ejecuta la fuerza del significado de la palabra, porque lo que dice, efectivamente lo realiza. En el tiempo las palabras van y vienen y hace que lo indescifrable se torne inteligible, lo impenetrable penetrable y lo inamovible flexible. Es la palabra de los olvidos recordados, que se convierte en lenguaje, origen de la narración. Porque el tiempo convierte la comunicación en universal, pero siempre con el respeto apasionado del cambio en la vida de la palabra. Ésta, mientras retiene las huellas del pasado y evoca su capacidad de adaptación al futuro, transmite la complejidad del ser en su proceso vital. Por ello, aunque todos la entiendan su transmisión está marcada por la compleja ambigüedad de la naturaleza del ser, aunque nunca como algo encriptado propio del poder absoluto. Éste, siempre la presenta inadaptada y por ello, ininteligible, pues sólo es comprendida por la minoría selecta que la confecciona. Los demás no tienen la posibilidad de entrar en su misterio.

El tiempo es trovador, juglar, aedo, bardo y poeta y como tal, hechiza la mente con su palabra y permite construir la adecuada visión del mundo y de la historia. Su palabra narrada es música. Entra en la imaginación del oidor como ritmo, como sonora permeabilidad. Siempre se siente emocionalmente y desprende color e imaginación. No es de extrañar pues, que el tiempo actúe con funciones de escribano, de sabio cronista y fundador del calendario, ya en la mitología egipcia con Dyehuty, la divinidad hombre con cabeza de ibis, como en el mito meso-americano de Quetzalcóatl, la blanca divinidad dual figurada en la serpiente emplumada. El tiempo reconstruye las aristas de la realidad, los dichos y hechos de cualquier criatura y como red de redes los anota con tinta invisible en los grandes anaqueles de nubes guardados por los cuatro vientos del espacio. Como el cuervo del mito nórdico de Odín, el tiempo es el gran informador, que en todo momento y punto por punto, da a conocer la realidad, porque como dice Séneca, “los años enseñan lo que los días no conocen”. Por él, los recuerdos que se enmohecen como agua estancada en las paredes de la fuente, quedan impresos y grabados como eco eterno que llegan del infinito y a él vuelve, convirtiéndolos en criatura. Donde se piensa en silencio y en la intimidad de las relaciones, el tiempo pone palabras. Por ello, en el encuentro con el tiempo, la corporeidad de la palabra es la realidad hecha poesía, espontaneidad, arte, belleza, eternidad, infinito, perfección y misterio.

En cualquier espacio y momento, y en todas las lenguas, tonos y signos peculiares de expresarse, recuerda que es el lugar del reencuentro en la eternidad del ahora, y el lugar donde la realidad se ajusta a todas las interpretaciones. Permite encontrar con la utilización de la visión y de la audición, la huella genética de la naturaleza, refleja la historia descifrada en el espejo de la pupila del ojo de la mente e interpreta el significado del lenguaje gestual de signos y de palabras. El tiempo, el único contemporáneo, es quien da sentido al ser, a pesar de las redes que lo atrapan y le impiden volar, como la religión, la lengua, el arquetipo, la pauta y la presión social, la falsedad, la influencia y la convicción. Estas redes actúan como atrayentes fantasmas, como asuntos no concluidos, como encantamientos quiméricos, como fango que está al alcance de la mano de todos. Porque el hombre, aunque no lo desee, siempre está acompañado de sus fantasmas y obsesiones. Todo aquello que aún olvidado regresa como espuma sutil y volátil que lo recubre todo. Sin embargo, la memoria propensa al desvanecimiento del olvido, reconoce que algún día todos esos fantasmas se desvanecerán y saldrán por donde han entrado. Porque el ser como tiempo-espacio y existencia, “está presente” con acento en la historia material y espiritual y avanza desde la incertidumbre del caos hasta la conciencia racional de lo conocido y desde lo desconocido retorna a los conocidos orígenes.

Por ello, debe neutralizarse la distancia entre el observador y lo observado, porque el tiempo es el espejo que traspone al más allá y posibilita contemplar el proceso de la vida como activo viajero y no como mero espectador situado en la barrera de la indiferencia. Esta fidelidad a la realidad y a la espontaneidad de la experiencia de cada segundo es el fundamento de la creatividad narrativa. El tiempo hace que el viajero, en la profundidad de su conciencia, se convierta en su testigo por la reflexión y la exploración de nuevos caminos ya en el abandono, desgarro, violencia, desesperanza y desarraigo como en la euforia, el optimismo, la satisfacción y la huida del caos. Porque el tiempo cura y es fuente de continua novedad, hay que volar para reencontrar lo que ya se posee: la vida y la libertad. Pero siempre, con la voluntad del respeto. Cuando el pasado se aleja disminuye la intensidad del recuerdo y cuando el futuro se acerca, se incrementa la fuerza del olvido. Por ello, existen los momentos que se desea que el tiempo pase sin detenerse y otros que se ralentice su marcha para saborearlo con creces.

Pero, sólo se vive plenamente aquello que se formula en palabra escrita y, en todo lo que no ha sido escrito, el tiempo es el efectivo “conductor” de lo hablado y pensado. Por ello, reinterpretando a Virginia Wolf, nada ocurre hasta que se escribe. La escritura se organiza como viaje en la hipnosis de la búsqueda y del descubrimiento para que transforme la aventura de la vida en fruto de experiencia y de ciencia. El tiempo como encarnación de vida, descubrirá las pausas y silencios, emociones y acciones en cualquier variedad de lenguajes y dará la puntual referencia sobre cualquier dimensión particular subjetiva y objetiva. En la soledad del viajero, inmerso en las cuitas de su agonía y de sus olvidos, el tiempo se convertirá en el imprescindible, omnisciente e ilustrado narrador de lo que se es, de lo que se puede ser o de lo que no se es. Porque el tiempo es siempre algo abierto. Es la idea de Manuel de Pedrolo (1918-1990): la realidad interior tal como crece se destruye, para desembocar en el irrealismo de una total posibilidad. Es el pensamiento de la escritora Doris Lessing, nacida en 1919 y premio nobel de Literatura-2007. Sus escritos, en buena parte autobiográfico, pues hunde sus raíces en los recuerdos de su dura infancia, un padre mutilado de la I Guerra Mundial y una madre enfermera autoritaria. Sin embargo, en un desdoblamiento biográfico de ellos, intenta describir que hubiesen podido ser, en aquel periodo de su infancia. El tiempo abierto son las dos caras de una misma realidad: la crónica de los sucesos propia del realista Herodoto de Halicarnaso (484-425 a.C.) y la ficción narrativa propia del imaginativo Plutarco de Queronea (46-120). Ficción y verdad las dos caras de una misma realidad.

Joyce en su “Ulysses” sitúa la importancia profunda del escrito en la medida en que la acción se encapsula en el tiempo-espacio como las dimensiones seguras del escritor y los protagonistas de cualquier narración. Por ellos, el viajero como testigo del tiempo en su lucha contra el olvido, es su “alter ego” y su avatar, donde en el fluir de los sucesos se realiza a sí mismo. “Encuentro con el tiempo” es el breve soplo de una vida que, aunque no explica la realidad como acontecimientos de crónica notarial, tampoco la describe como pura ficción. Su historia no sirve como simple cotilleo del pasado sino para contextualizar el presente. Las fechas y nombres no son para describir los fríos datos de efemérides enciclopédicas, sino para señalar el contexto referencial de una realidad que podía haber acontecido de otra manera. Aunque, es verdad, que la historia funciona con la cronología de fechas, pero éstas sólo existen en el momento en acontecen. Las fechas no son en la obra puntos de unas coordinadas, sino paradigmas holográficos y referencias de un todo presencial como repetición del presente que siempre es novedad y nueva reinvención de continua y antigua realidad. Son ráfagas de luz y relámpagos que iluminan la noche agitada del ser y del contexto de su mensaje. Son síntesis que descubren la realidad cargada de drama y de ambigüedad. Con las fechas no se hace un viaje retrospectivo en el tiempo sino que sirven para descubrir la presencia del pasado en “stand by” en un presente que está conectado con un cúmulo de sentimientos. Lo que pasó en tiempo del viajero lo ha vivido como circunstancia y forma parte, en el tiempo-espacio, de la conciencia del universo. El viajero siempre se encuentra con el tiempo para comprender a sí mismo y al mundo.

Las conjunciones de los sucesos muestran el auténtico sentido de su realidad en la plena visión de la historia. Es el enlace de su pensamiento, vivencia y comunicación con su otro yo, más allá de cualquier otro signo como el espejo, el eco o el silbo de pastores gomeros o griegos. Es la superación de toda programación lineal, ya que pasado y futuro también es presente, porque los eventos se ordenan y se valoran en el ensamblaje de recuerdos y olvidos. Se vive y se actúa no sólo con el recuerdo del conocimiento de lo que sucedió, el pasado ya vivido que se descubre como nuevo, sino también en el olvido de los acontecimientos en proyecto que todavía no han llegado, el futuro esperado y no recordado. Este volver al pasado, la analepsis (en el cine, la técnica del flash-back) o este proyectar el futuro, la prolepsis (en el cine, la técnica del flash-forward), está dirigido por la conciencia como centro operativo, hecha de tiempo y espacio. La conciencia es quien posibilita la anacronía pues, es el único presente de la existencia capaz de asimilar el pasado vivido y el futuro esperado.

Como la misma vida, la narración libre manifiesta el relato de la aventura en el esfuerzo de la reflexión. Por ésta, los silencios eternos del olvido son releídos, reinscritos y reinterpretados y por ello, se retoman, reciclan, readaptan, rescatan, recobran, relatan, recuperan y repescan. Sin embargo, para que la vida no termine engullida en la banalidad y en la repetición, el relato no entra en detalles lineales y descriptivos. Así, los hechos se sitúan en escenarios generales que a modo de referencia se enmarcan en su contexto, sin convertirse en actas notariales de crónicas congeladas. El acontecer se enlaza con el exterior en constante conexiones y resortes evocativos a los sentidos, a la imaginación, a la intuición, a las analogías y a las comparaciones. La narración ofrece perspectivas diferentes para que la palabra, al dejar la libertad de interpretar, comunique ilusión e interrogación. Como esponja que absorbe los fondos bellos y feos y los expresivos colores de la historia, así el contenido propio del ser se engarza con el resto del mundo para cumplir con las emociones de toda narración: seducir. Con la seducción se intenta mostrar lo general como emotivo, al tiempo que en una economía de lenguaje, se dejan zonas en penumbras. Así, debe bucearse en la vida: sin la rigidez de la realidad, pero con la lucidez de la madurez y del espíritu crítico. Es una acción sin acción que estimula los sentidos con el rumor del silencio. Los personajes siempre están en la presencia del tiempo y en las abiertas dimensiones del espacio para revivir de nuevo la vida en sus múltiples características. En esta relación tiempo-espacio, el monólogo bisbiseado del viajero resuelve y analiza la existencia sin valor absoluto, pero se convierte en el refugio donde se amansan los vientos tormentosos.

Porque todas las experiencias, como si se estuvieran pisando los talones, sirven para decidirse a romper con los fantasmas que anulan la actuación y la expresión sincera. En éstas, perder es encontrar y olvidar es aprender. El tiempo que trae consigo el eco de la historia, se muestra no para olvidar el pasado, sino para recrearlo como vida presente en esperanza para que el espacio caleidoscópico, las haga florecer en la inmensidad del universo. No se congela la vida para desmenuzarla en la evanescencia, sino para hacerla soportable al desarraigo y encontrar en el tiempo la personal y verdadera aventura del viaje. Sin embargo, el viajero aunque siempre deja indicios de su paso, nunca mostrará el camino porque éste es el propio de cada ser en su catarsis individual. Todo aquello que se ha borrado vaga en la emoción como instantes fugitivos que sólo el interesado puede gozar en un reflejo asociativo. Entonces, el pasado se torna emotiva realidad y se recuerda profundamente como nuevas, imágenes pasadas que se han repetido infinitas veces: el andar de una mujer, el sonreír de un niño, la casa donde se ha forjado la vida, el paseo cotidiano, el amable volar de pájaros, las flores que ofrecen su aroma, las nubes que corretean por la atmósfera o un mar verde turquesa con blanca arena.

Es verdad, lo que no se escribe se olvida. Escribir pues, es recordar y plasmar el olvido del tiempo que pasa sin poder atraparlo. Es salvar los recuerdos que se desvanecen, aunque lo que se recuerde sea la estructura y no el relleno que es lo que se ha disfrutado y penado de la vida propiamente dicha. El intento de todo escrito es llegar a expresar en el silencio del tiempo-espacio, la realidad de la vida y el esfuerzo de la memoria olvidadiza y encerrarla con la seguridad de no tener nada seguro ni siquiera la frase arrancada al vacío. “El extranjero” de Camus, nació como proyecto en 1937, mientras el escritor convalecía en un sanatorio de los Alpes y lo terminó en mayo de 1940 y fue publicado dos años después. Flaubert sufrió lo indecible durante sus seis años que dedicó a la escritura de “Madame Bovary” (1851-1857). Cervantes concibió el Quijote en 1957 en la angustia de la cárcel Real de Sevilla y tardó diez años en escribirlo (1605-1615). James Joyce, cuyos impulsos de libertad eran más fuertes que su obsesión religiosa, escribió su Ulises entre 1914-1921 y se publicó en París el 2 de febrero de 1922.

Obras importantes de la humanidad se han dividido en libros: como “Los Vedas”, anterior al hinduismo, la escritura épica del Majabharata y los Upanishad del periodo hinduista. Conjuntos de los antiguos libros sagrados se han constituido en canónicos como los libros de las diversas corrientes budistas: el pali (Tipitaka), el chino (Mahayana) y el tibetano (Vajrayana). El canon judío-cristiano, la Biblia, se estructura en libros: 47 para el antiguo testamento y 27 para el nuevo, cuyas narraciones se proponen en versículos. También, la anti-biblia de Nietzsche, “Así habló Zaratustra”, se estructura en cuatro libros que se dictan en aforismos. También, hay escritores que programaron su temática en libros y capítulos, como las “Confesiones” (397-400) de San Agustín. El primer libro del “Quijote” de Miguel de Cervantes fue escrito en 1605 y el segundo en 1615, como contestación al apócrifo del copista Avellaneda.

Sin embargo, por lo general, una obra escrita se estructura, en capítulos y apartados, aunque con diferentes nombres: cánticos (canzoni o cantichi) y estos en cantos, en la “Divina Commedia” (1304-1321) de Dante Alighieri; tratados, en la anónima novela picaresca, “El Lazarillo de Tormes” (1554); episodios o jornadas, en el teatro de Lope de Vega (1562-1635); moradas, en “Las moradas del castillo interior” (1577) de Teresa de Jesús; alivios, en “El pasajero” (1617) de Suárez de Figueroa; descansos, en la obra “Relaciones de la vida del Escudero Marcos de Obregón” (1618) de Vicente Espinel; trancos (o saltos), en “El diablo cojuelo” (1641) de Vélez de Guevara; crisis, en “El Criticón” (1651-1657) de Baltasar Gracián; fragmentos separados por líneas, en “San Manuel Bueno y Mártir” (1931) de Miguel de Unamuno; estancias, en “El bosque animado” (1943) de Wenceslao Fernández Flórez. Podrían citarse muchas otros nombres de divisiones.

“Encuentro con el tiempo” se estructura en la gran dimensión del tiempo: pasado como el ensueño de lo acontecido, futuro como voluntad de proyecto y presente como conciencia pensante y unificadora. Cada uno de esos tiempos se divide en espacio, que van precedidos por soliloquios como rebotes de ensueños, que sitúan la voluntad y el pensamiento del viajero en la línea del horizonte tiempo-espacio para en sus circunstancias concretas, explorar las alegrías y las obsesiones de su propia identidad. Porque nada pasa en vano en su conciencia unificadora y todo se proyecta en un plano intimista que permita reflexionar y conectar con la realidad exterior del tiempo-espacio, generadora de los diferentes eventos. Cada una de estas modulación de diálogo interior van seguidos por sendos dioramas, en que el tiempo, como omnisciente narrador, expresa como escorzos, ya de forma regresiva o progresiva según la estructura vital del viajero, los distintos acontecimientos históricos que evolucionan como episodios en un escenario. Pero, no es una narración secuencial o lineal y no tiene pretensiones de auto-ficción sociológica. Prescinde de diario y cartas, de autobiografías y de memorias noveladas. Se presenta en forma de fracciones, de saltos descriptivos, de introspecciones asociativas porque los hechos no se refieren de forma continúa sino mediante cuantos que en su conjunto aparecen entrelazados. Es el estilo evocativo, manifestado como estado de ánimo, enlazado en ítems sazonados por puntos de vista narrativos e introspectivas presentaciones, como epigramas que fijan las impresiones del momento, pero sin herir los ojos de la imaginación.

Con estas características, su lectura no necesariamente debe ser lineal, lectura de principio a fin, siguiendo las pautas de una trama concatenada: presentación de la historia, reacciones a ella y la acción propiamente dicha y por último el desenlace. “Encuentro con el tiempo” puede leerse en diagonal ya que su lectura puede moverse independientemente por tiempos, por espacios, por soliloquios, por dioramas y por entramados o goznes del tiempo del viajero. Son párrafos independientes que tienen sentido en sí mismos. La tipografía con sus distintos tipos de letras y sus variantes de negrita y cursiva, indicarán las diferentes miradas con propio peso visual y conceptual.

Sin embargo, la lectura en su totalidad del texto dará el contenido unitario y la compresión total de pensamiento ya que en su globalidad, pretende ser un ensayo sobre el tiempo-espacio. Al escrito precedido de una presentación, “Acogido por el tiempo-espacio”, y seguido por el índice de la obra. El contenido de pensamiento se desarrollará en los títulos siguientes: el primero, “Desde el profundo silencio”, que muestra la situación originaria del universo y de la existencia, el final “Hasta siempre” como la dual situación de este universo y en el medio “el presente como conciencia” del tiempo III, que muestra la conciencia como la fuerza de asimilación en el presente, del pasado y del futuro. El último apartado está colocado después de los espacios: el pasado del tiempo I y el futuro del tiempo II que se escriben después del tema “Desde el profundo silencio”.

viernes, 24 de septiembre de 2010

CIENCIA Y RELIGION


OJO AVIZOR A LA PRESENCIA DE LA REALIDAD

Fue G. Lemaître (1894-1966) en la década de los 30, basándose en las ecuaciones de Einstein (1879-1955), quien concibió un estado denso de materia, el “átomo primigenio”, como inicio del universo. La idea recogida por A. Eddington (1882-1944) y G. Gamow (1904-1968), se convirtió en el primer principio de una “singularidad” inicial en el modelo cosmológico de un universo “en expansión”.

Sin embargo, fue el polémico científico Fred Hoyle (1915-2001), quien por vez primera usó de forma irónica el sintagma big bang como el “gran petardazo”, para denominar socarronamente aquel estado inicial primigenio, en contraposición a su concepción “estacionario del universo” (1948). Para él, el universo no se originó en un petardazo sino por los materiales del núcleo de las estrellas ya que es, en ellas, donde se encuentran las condiciones de temperatura y presión que permiten la fusión nuclear. Su concepción le posibilitaba defender la tesis de un universo en continua creación y, sin principio ni fin, convivir con periodos de expansión y contracción.

Estas dos formas de concebir el universo, el expansivo y el estacionario, no sólo tuvieron implicaciones científicas sino también ideológicas como muestra la explicación mal-pensante, que señala que el primer congreso sobre el big bang lo patrocino el Vaticano en 1951 como defensa de la creación, mientras que el primer congreso sobre el universo estacionario se organizó por los auspicios del Kremlin, en contra de toda creación.

La ironía de Hoyle en sus cortas y crípticas palabras “big bang” han continuado posteriormente con sus agridulces connotaciones: visualmente el big bang o el “gran petardazo”se asocia a la gran y terrible explosión de la bomba atómica en la II Guerra Mundial sobre las ciudades japonesas y no falta también, la jocosa idea en la juventud norteamericana que refiere el big bang al “gran polvo” de una copulación sexual.

Aparte de las diversas connotaciones del término big bang, la denominación y su significado ha sido admitido por la comunidad científica desde la década de los 40. Así, el nuevo libro de Stephen William Hawking en colaboración con Leonard Mlodinow, The Grand Design (Brevísima historia del tiempo. Editoral Crítica-2010), recuerda una vez más, en un nuevo intento de actualizar los descubrimientos astrofísicos más recientes su teoría del Universo: este surgió del big bang como «consecuencia inevitable» de las leyes de la física cuántica de la relatividad.

Sin embargo, Hawking, en contra de sus anteriores obras que no mostraba incompatibilidad entre existencia de un Dios creador y la comprensión científica del universo, en esta última colaboración con
Mlodinow descarta ex profeso que Dios sea el creador del universo ya que no se necesita para que el universo pueda activarse. No hay lugar para un Dios creador. ¿Pero puede haber la posibilidad de un Dios como aquel “primer motor“de Aristóteles que como simple relación causal no intervenía en ninguna creación ni tampoco en las criaturas? Creo que Hawking no demuestra la imposibilidad de esta relación y deben buscarse otros argumentos.

Sin embargo, antes de decantarse por cualquier idea atea o teísta es lícito convencerse de que ciencia y religión son dos perspectivas diferentes de mirar las mismas cosas: la religión debe tratar de la condición humana en una historia de salvación del género humano en la libertad y en el respeto a la responsabilidad de la persona, explicada de formas múltiples y la ciencia debería tratar de explicar experimentalmente el origen y desarrollo del universo y de las cosas, incluido el hombre.

jueves, 15 de abril de 2010

PEDERASTIA Y DOMINIO


Edvard Mund -El grito 1910


Cito la frase del secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone: «Muchos psicólogos han demostrado que no hay relación entre celibato y pederastia, y muchos otros han demostrado y me han dicho que hay relación entre homosexualidad y pederastia”. Sobre esta última afirmación “hay relación entre homosexualidad y pederastia”, estoy seguro que ya se cuidarán de rebatirla los técnicos, las redes sociales y los medios de información. A mi me interesa la primera parte de la frase, “que no hay relación entre celibato y pederastia”.

Si bien el celibato como elección libre y personal es un ideal en el Nuevo Testamento, en la Tradición Apostólica y en los siglos del eremitismo y del monacato y se elegía libremente por amor al Reino de los cielos, el matrimonio de los sacerdotes era admitido siempre que se respetase el hecho de que no pasasen los bienes de la Iglesia a manos de la esposa e hijos. Así, era regulado constantemente con normas disciplinarias de la Iglesia, como fue el caso, en España, del Concilio de Elvira a principios del S. IV, al que asistió el obispo Osio de Córdoba. Sí, el celibato sacerdotal hasta el S. X, no se tenía como requisito necesario sino como libre elección.

Fue en el S. XI con Gregorio VII (1073-1085), dentro de las reformas de la Iglesia, que lo convirtió en necesidad legal y obligatoria para los eclesiásticos en el Concilio de Roma (1074). El celibato sacerdotal sería el signo distintivo de la independencia y de la autoridad papal romana frente a las monarquías de su época y de las Iglesias nacionales. No obstante, como el clero se casase igualmente, en 1095, el Papa Urbano II siguiendo la línea estricta de Gregorio VII adoptó medidas contra la familia de los clérigos casados.

Los concilios de Letrán dentro del dominio papal de Roma, serán quienes irán poniendo el bocado y dominando las riendas del celibato en los sacerdotes y, en la misma medida, el celibato irá perdiendo poco a poco el sentido de “regalo de Dios” para convertirse en “Conditio sine non” para el clero. Así, el II Concilio de Letrán (1123) con Calixto II, declara ilegales y no válidos los matrimonios de los clérigos y el III Concilio Letrán (1179) con Alejandro III, decretará que nadie puede ser ordenado si no es para una Iglesia que lo demande por el beneficium (salario), como garantía del sustento de sus contratados y que gestionará la propia Iglesia. Con ello se asegura la exclusividad en el nombramiento y control del clero. Normas que confirmará todavía más el Concilio de Trento (1545-1563). En él se colocarán las ojeras al caballo del celibato, creándose los seminarios diocesanos que pautarán la vida y formación sacerdotal, al tiempo que pontificará que la virginidad es siempre superior al matrimonio.

De esta forma, cuando el celibato debiera ser abolido como respuesta a la Reforma protestante, se establece el ideario de la reforma gregoriana como forma definitiva para conseguir una masa propia de liberados eclesiásticos y religiosos al servicio del papado bajo la administración de las diócesis y de las congregaciones religiosas. A partir de entonces, podrá cubrirse con el silencio y con indemnizaciones millonarias los problemas del gremio antes que dejar el poder sobre esa multitud a las órdenes del papa.

Como dirá el teólogo Hans Küng, el celibato impuesto y obligatorio no es sagrado ni siquiera dichoso, es perverso y desdichado ya que excluye, por su disposición a casarse, a numerables sacerdotes. Además puede conducir a cualquier vicio sexual solapado o manifiesto ya que en este caso, la sexualidad con elementos de déficit en el desarrollo psicológico del individuo podrá convertirse en tabú, que en el caso de los sacerdotes suele manifestarse después de la ordenación. Entonces, al célibe ninguna sublimación de la realidad, como “la belleza entendida como esplendor de la verdad” y el “celibato como entrega total a Dios”, podrá ser suficiente en su cotidiano vivir, para que pueda caer sobre desprotegidos y satisfacer lo que le falta a la debilidad de sus posibles comportamientos.

En la actualidad, no se trata de no haber sabido gestionar los casos ocurridos, de ordenar inspecciones a las diócesis y seminarios con casos de pederastia y buscar procedimientos adecuados para la idoneidad de los candidatos al sacerdocio o a la vida religiosa. Tampoco se trata sólo de sentir vergüenza, remordimiento y pedir perdón ya que en esto no hay grandeza pues, la grandeza sólo la tiene el indefenso que sea capaz de perdonar.

No es suficiente divagar entorno a una sociedad que es anticlerical, se ha secularizado y es reacia a la tradición católica. Es verdad que la pederastia no es problema específico de la Iglesia. Pero ante este hecho, al que se debe responder ante Dios y los tribunales civiles, lo importante también para la Iglesia es el deber de contestar a preguntas fundamentales y revisar una estructura que debería cambiar radicalmente, porque el silencio y el dinero no serán capaces de acallar lo que emerge.

miércoles, 3 de febrero de 2010

POLÍTICA Y ÉTICA


Viñeta de Pinto&Chinto. Cantando bajo la recesión


Como mileurista jubilado, y no por usufructo de un beneficio de dudosa procedencia sino por derecho de una vida laboral, padezco como todo ciudadano la época de crisis en la que nos encontramos. Paro descosido como tela vieja, deuda pública disparatada por el hambre de un sector financiero sin control y de un capitalismo sin reglas, codicia de los bancos, fraude por doquier, creación de una generación de jóvenes sin proyección y depresión de una edad adulta. Y como no, paulatina destrucción de la tierra en que vivimos.

Actualmente pues, todo se cuestiona economía, ecología y expresión política. Pero lo que más indigna es que los políticos, que son quienes legislan y gozan de la información privilegiada y de las riendas del poder están enmarañados en pura retórica y marketing social.

¿Cómo diablos podemos mejorar la futura seguridad social con la jubilación a los 67 años, cuando hemos querido mejorar el paro y el empleo prejubilando a los 52 años como ha sido el caso de miles de empleados de banca, automóvil y metalurgia? ¿Cómo podemos contener el coste, cuando tenemos infinidad de sueldos de altos cargos y asesores de libre designación en el Gobierno Central y en las Comunidades Autonómicas y existen ministerios inútiles y por doquier despilfarros y subvenciones en la administración estatal, autonómica y municipal? ¿Cómo podemos ser auténticos en la legislación cuando infinidad de políticos no siguen el plan general de jubilación en la cantidad de cobro y en su tiempo de cotización y además no faltan quienes cobran doble jubilación?

Creo que mientras este disociada la política de la ética dudo que nuestros políticos del signo que sean, ya de derecha como de izquierda o de centro izquierda o de centro derecha; dudo digo, que nuestros políticos tengan la voluntad de arreglar la situación. Los remiendos y los maquillajes no sólo estarán forzados por las circunstancias sino también en función de no perder beneficios y aferrarse a sus posiciones.

El descontento, la reivindicación y la denuncia de la sociedad actual no creo que sea por puro desahogo es porque hay algo pérfido en lo que acontece.

lunes, 1 de febrero de 2010

EL ESCRITOR Y EL SILENCIO


Edward Munch -silencio


Después de su retiro en los bosques de New Hampshire, la reciente muerte de Jerome David Salinger (1919-2010) autor de “El guardián entre el centeno” (1951), trae a mi consideración aquellos escritores que se enclaustraron voluntariamente para escribir por puro placer de hacerlo. Tal fue el caso de Darwin (1809-1882), que por causas de salud decidió vivir, alejado del bullicio, en Dawn House; el de Flaubert (1821-1880) para quien la muerte de su madre en 1872 y la incomprensión de muchos, lo alejaron de sus amistades; el de Tolstoi (1828-1910), que en sus últimos años se refugió en su ciudad natal Yasnaia Polaina; el de Knut Hamsun (1859-1952) cuya admiración por la vida campestre le condujo a Noerholm en pleno bosque; el de Proust (1871-1922) que tras la muerte de sus padres, en 1905 se aisló en su casa de París para volcarse en su obra “En busca del tiempo perdido”; el de Beckett (1906-1989), amigo de Joyce, que después de la concesión del Nóbel se encerró en su casa y desconectó el teléfono. También aquellos que todavía viven: Onetti (1909), el gran indiferente al prestigio y al éxito para quien escribir es su manera de vivir y Patrick Süskind (1949) autor de “El perfume” que vive recluido en su ciudad natal. Ejemplo de todos ellos fue Lao Tsé (entre los siglos VI ó IV a. C), cuyos pictogramas significan anciano-maestro, que convertido en el paradigma del puro silencio, nos dejó “Tao Te Ching”.

Sin embargo, no debe olvidarse que si en la vida hay un mínimo de pura voluntariedad que depende de cada uno, encontramos también un máximo de total necesidad sujeto a las circunstancias.

Por ello, pienso que cuando es pura libertad, convengo como declaraba Rouseau, que lo propio de “ser adulto es estar sólo”, es aprender a ser capaz de decir “no gracias” y convertir la vida en puro “silencio” voluntario entre dos ecos opuestos, nacimiento y muerte. En este la edad adulta es el mejor tiempo para crear y la soledad es siempre inmejorable elección creativa. Los ejemplos son ostensibles y todos pasaban de los cincuenta y cinco años: Cervantes (1547-1616) escribió el Quijote (1605), Pasteur (1822-1895) administró la primera vacuna (1881) y Picasso (1881-1973) pintó el Guernika (1937).

Pero, cuando la soledad es abandono y algo impuesto, situación en la que pueden contarse con los dedos de la mano quienes quedan a tu lado, entonces se debe clamar por el calor humano y la búsqueda sensata de soluciones políticas y sociales.

Dicho esto, no podemos olvidar aquellos que lo dan todo por ser figura mediática y complacer a sus admiradores. Paul Auster, es uno, quien con gran entusiasmo de su club de fans recogió el nóbel de los escritores de la ciudad de León (España). Pero ello, no anula la posibilidad de que su novela “Invisible” (Ed. Anagrama-2009) sea el deseo de un cierto silencio personal.

jueves, 14 de enero de 2010

REFLEXIONES DESDE EL HORIZONTE





Joaquín Patinir -travesía por la laguna Estigia




Hay muchas maneras de morir:
Lao Tse, a lomos de un bicho, se incorpora al polvo estelar;
Buda, por la indigestión, se encuentra con el buscado nirvana;
Sócrates, por la cicuta, es fiel a la autenticidad de sí mismo;
Jesús, por el sufrimiento, evangeliza su causa perdida;
Tolstoi, arrastrado por un tren, busca su soledad.
Pero también muere,
quien vive destruyendo la conciencia de sí
o pisoteando el amor a los demás.
Y aquel que no ayuda
y quien no se deja ayudar.

lunes, 4 de enero de 2010

SINGLES

Narciso, enamorado de sí

La conoció por una excursión espléndida que organizó el single solitario de turno de la reunión semanal en el vestíbulo-cafetería de un hotel. Separada había sido abandonada por el enésimo joven sonrosado.

Pero qué hermoso fue aquel tiempo y que delicioso le pareció el amor. Un mínimo apretón estremecía su cuerpo. Se le había convertido en indispensable como se hace necesaria el agua en el desierto y si no se tiene se imagina como espejismo. Le descubrió el sentimiento adormecido en muchas décadas y lo despertó de nuevo a la vida. Fue como una antorcha que inflamaba el calor del deseo. Sin embargo, constantemente le recordaba que no era su tipo y, él se preguntaba, ¿Qué noción de tipo pueda concebir su cabeza? Además le decía que “no quería hacerle daño” y, él pensaba que daño podía hacerle, si era su descubrimiento. Con el transcurso de los días llegó a reflexionar como el amor puede hipnotizar a una persona y en que ingenuidad se puede caer. Ella lo quería como juguete en sus momentos de soledad y como eunuco que le divirtiese su provisional afectividad temporal. El quería hablar de los dos y necesitaba que le dijese que le quería. Pero ella, aunque alguna vez se le deslizaron lágrimas de compasión por sus mejillas, nunca llegó a decirle que le amaba y sólo hablaba de sus aventuras. Sus miradas de ternura siempre eran evasiones. Decía que era la forma natural de comportarse con todos, ¿sus amigos? El se sublevaba pues quería ser único y ella por su parte se enojaba.

Aquella primavera, se vieron a menudo durante dos meses. Pero aquel tiempo maravilloso fue horrible. Su amor era una actitud de piedad y de educación. Una y otra vez le repetía que lo trataba como lo hacía con cualquier otro amigo. Era pura vigilancia en el nacer de una cierta querencia. Si la unión física era para él garantía de unión y de igualdad con los otros con quienes la había tenido, a él se la negaba, decía que no le llenaba. No podía gozar del placer de contemplar desnuda a quien respetaba vestida. Y así la relación se quebraba entre el amor y la distancia. Sus ojos reflejaban que la relación era para ella algo esporádico como una reunión torpe con personas insulsas. Él la amaba sin poder hacer gran cosa para demostrarlo. Sin embargo, ella le aguantaba y así se convirtió en un don nadie. No llegó a deprimirse pues los escritos de él a ella le servían como contrapunto para el equilibrio perdido en las constantes relaciones desequilibradas y así las circunstancias los iba alejando y el muro interpuesto se iba consolidando en el olvido inexorable.

En realidad había otro que la incordiaba. Era un hombre inadaptado e inestable socialmente, de pocas luces pero, atractivo y embaucador. Muy seguro de sí mismo la ponía a cien sexualmente con su físico imponente y su coche de gran cilindrada como habitación de gran hotel. Pero ella, de vez en cuando, volvía a los brazos de Jorge su marido de clase alta y con dinero, aunque alcohólico y ludópata, en su estado de lucidez se manifestaba con finos modales. Con astucia de mujer consiguió imponer la rivalidad entre ellos, enzarzándolos en violencias y celos letales en una búsqueda de la pareja no compartida. Se convirtió en el epicentro infernal de los movimientos de ambos gallos, haciendo creer a sus varones que sus mutuos encontronazos servirían para dominar la situación de la fémina de ambos. Pero consiguió que ella como tesoro escondido no se pudiese encontrarse a la primera de cambio y en esta generación de un mundo liberado en que la rivalidad sexual sólo es capaz de proporcionar indiferencia, puso en marcha una nueva elección sentimental para rechazarlos.
Con la seguridad de su independencia económica por el trabajo y su capacidad de femenina calculadora, prescindió de la hipergamia, es decir, de emparejarse de nuevo con el espécimen-hombre mejor posicionado y cansada de tanto pavo real emperifollado y del repertorio sonoro de mirlos, se escabulló y eligió a una amiga bobalicona y rolliza para encandilarse en el disfrute de su iniciada menopausia y del amor entre iguales, sin necesidad del dimorfismo sexual.

Ellas habían congeniado y descubrieron que el amor entre mujeres se hallaba en la misma finísima frontera que separa el amor de una mujer por un hombre. conscientes de ello, ambas damas, sin perder su exclusividad se integraron además en el grupo mixto el “picoteo”, de los “singles” separados–divorciados, donde el grupo de mujeres guapas se quedaban paralizadas en el espasmo de su belleza personal y se veían como animales hermosos que se desperezaban a la luz del sol. Y cuando convenía al tintineo de su clítoris, en comunicativas cenas inocentes y grupales, se dejaban tirar solapadamente por el varón ignoto y lascivo ya que en la atracción sexual nada triunfa tanto como la misma atracción autoabasteciéndose. En consecuencia, nunca estaba de más un “polvo exprés”, en el que las puertas celestes se abrían y se entrelazaban como flores en primavera, al tiempo que pensaban que echar “una cana al aire” era como hacer un favor al varón y darles la oportunidad de ser tales. Seguían la regla de W.S. Gilbert en “Trial by jury”: “el amor, si no cambia, empalaga” y así abrían las valvas de las puertas de su cuerpo para colocar al pasante en el aljeifar de la ventana con el propósito de que se lanzase voluntariamente, en su soledad, al vacío del deseo eterno.

Aunque ello revelaba más el retrato de lo que imaginaban intentar hacer, de lo que en realidad hacían, sin embargo no por ello, les resultaba menos interesante y más provocativo. Porque es paradójico que a pesar de que los hombres, que se sienten astutos como zorros, se vanaglorian de copular con múltiples mujeres, lo cierto es que éstas son fisiológicamente más capaces de mantener más relaciones sexuales que los hombres y tienen la posibilidad de excitarlos más fácilmente con su anatomía que los hombres que son más propensos a incitar a la repulsión si su anatomía es lo primero que muestran. Así la mujer que se desnuda espontáneamente delante de un hombre, causa en éste siempre la sensación placentera del batir de una delicada mariposa, al contrario del hombre que lo hace delante de la mujer generalmente provoca la sensación del crujido molesto del zumbido de un abejorro.

Así, despreció al primero, el amante, que le había hecho gozar intensamente pero que le violentaba por su cruel rudeza y sus pocas posibilidades y se olvidó del amor del segundo, su marido, porque no le llenaba y le aburría, pero que le dio hijos que como hembra deseaba tener del macho, para que aquellos le diesen nietos y así sucederse de generación en generación. Siempre había pensado que la reproducción era la mejor forma de que los genes se propagasen.

Y así, marido y querido, cornudos y buenos sementales, a pesar de sus narcisos cuerpos modelado por el gimnasio y repletos todavía del barato y fácil esperma, pero sin energía, al tiempo que se zambullen en una irremisible oscuridad, fueron dejados a su albur para invertir tiempo y dinero en criar a los hijos propios por las justas dietas de manutención y engañados por el cuclillo de poligamias diferidas, tuvieron que dedicarse simultáneamente a la cría de los hijos de otras hembras. Situación que se convirtió en ambiguo y conflictivo problema con los hijastros ya que si a la paternidad consciente asaltan dudas con sus supuestos hijos, ¿qué sucederá con los hijos de los que están seguros, que no son los propios?

lunes, 30 de noviembre de 2009

NINFAS EN LA FUENTE

Salvador Dalí -ninfas en la fuente
La delicada e impactante imagen de la muchacha lavándose el cabello sobrecogió al viajero de tal manera y con tal gozo estético como si se tratara de un cuadro de sol naciente. Fue una escena dulce y gratificante clavada en su retina para siempre.
Mesita baja pero, podía ser silla de madera. Encima un librillo lleno de agua y una muchacha doblada con agraciado cuerpo y bombeado en ángulo. Su doblez traslucía pensamientos sin palabra e insinuaba turgentes pechos de traviesa ternura. Su mata larga de liso cabello color miel, caía canelado sobre la palangana como cascada reluciente y en celada por su cara morena, que, chorreante de agua, dejaba traslucir resplandecientes ojos cándidos y graciosas mejillas. Sus manos manipulaban la cabellera y mostraban su tierno cuello bajo el cual se disponía con gracia un esbelto tronco cubierto con camisola al que se sujetan armónicamente por ambos extremos delicados y tiernos hombros. El olor de su piel y de sus cabellos mojados ofrecía a los sentidos verdadera seducción y era tan linda y tiernamente vulgar aquella figura de mujer de cabellera acuosa que despertó, por un instante, la cercanía del deseo y la suspensión de seductores sentimientos. El jovencísimo viajero gozó en aquel momento del derecho a soñar que cada uno se reserva en la soledad de su intimidad.
Más tarde, esta visión la tendrá presente para comprender la fuerza de aquellas imágenes de esquivas e inocentes flores, jovencísimas criaturas, que hicieron latir en el ensueño y con ritmo acelerado, el corazón de tantos, por la voluptuosa hermosura de su pubertad. Este, fue el caso de Lesbia para el latino, Gayo Valerio Catulo; el de Laura para el italiano Francesco Petrarca; el de Beatriz para el poeta Dante Alighieri; el de Alicia para el soñador Lewis Carroll o el de Lola, la nínfula de Vladimir Nabokot.

Pero entonces, se acordó de la contrapartida, el del personaje Perchas de Candel, en "Els altres catalans", que por aquellos días espiaba a las amigas de su mujer mientras se duchaban. Y comprendió que aquello era puro infantilismo al lado de las posibilidades actuales de voyerismo mirón cibernético, como el del malagueño que grababa a mujeres con una microcámara, en los probadores de un almacén comercial. El mirón ocultaba el dispositivo en un zapato vacío que lograba deslizar por debajo de la puerta del vestidor y enviaba las imágenes vía “bluetooth” a un reproductor MP-4 que llevaba escondido en sus bolsillos y que más tarde reproducía por internet. O aquellos "chikanos" (manoseadores) del ciberespacio tokiota que con cámaras adosadas a sus zapatos hacen fotos por debajo de las faldas de las muchachas niponas aprovechando la aglomeración de los metros. Y no hablemos del gran voyerismo comercializado de los programas “realities” de televisión como “Gran Hermano”.
Y que decir del mundo civilizado, que en nombre del derecho a la seguridad, con sus cámaras de video-vigilancia y escanérs corporales repartidos por aeropuertos, bancos, calles o lugares públicos, han endiosado el verbo “Ver”, bajo la excusa del control de los sistemas financieros, militares y transporte.

RÍAS BAJAS

Serpenteantes nieblas recorren la ría de Vigo
Aquellas Rías Bajas melosas y amplias que, en la costa Sur de Galicia suben esbeltas desde la frontera con Portugal hasta A Coruña en el cabo Fisterra, punto magnético del fin de la tierra, desde el que se puede comprobar como cada atardecer el mar absorbe el sol.

Rías que surgidas del ancho dorso oceánico, se internan susurrando en la costa. Requiebros del océano que como zarpa majestuosa y delicada penetra en las tierras para abrazarse a la desembocadura de sus ríos. Éstas, a su vez, en plena simbiosis con el océano, constituyen amplias entradas con éste formando contrafuertes y espinas dorsales. Como buques en pleamar y como mares hechos de piedra forman pequeñas penínsulas rocosas: la del Morrazo entre la ría de Vigo y la de Pontevedra con altura de 628 metros en el monte Domaio o la de A Barbanza entre la ría de Arousa y la de Muros-Noya con altura de 624 metros en Os Forcados.
Rías que siempre ofrecen la belleza de sus flores blancas de espuma como regazos de nuevas afroditas, cuando el océano lanza las erizadas aguas contra sus rocas y acantilados. Rías que sufren pacíficamente en su océano con la llegada del otoño, la purga de algas que cubrirán los arenales de sus costas convirtiéndolas en verdes campiñas. Rías que aguantan con estoicismo el arrastre de plomizas nubes lluviosas y serpenteantes nieblas por los vientos del Sur-oeste, al estar ligeramente encaradas hacia esa dirección.

martes, 24 de noviembre de 2009

DESDE EL HORIZONTE DEL TIEMPO

Nebulosa del Aguila -Messier 16


En instante de eternidad, del presente infinito, era el tiempo que acogía el vacío de las inmensas masas oscuras del caos. El momento congelado se abrió al estallido explosivo de una deforme y polvorienta niebla gaseosa concentrada en el azul tibio que se esparció en el espacio dilatándose incesantemente hacia el rojo opaco. En esta explosión del vacío, pilares granulados de gas y polvo, livianos como volutas de humo aparecieron por ensalmo en la elástica e inmensa extensión arrastradas por vientos radiactivos. Eran espículas, penachos que surgían de la eclosión, protuberancias del flujo de los gases calientes en movimiento vertiginoso de ondas que atrapadas proporcionaban frecuencias a modo de vibraciones sonoras. La explosión atravesó el sideral universo a velocidades astronómicas y con movimientos multidimensionales, acompasados de armónicos impulsos rítmicos se deslizaba por el universo etéreo del cosmos en un encaje de brumas de cimas y valles. A modo de aliento, en el más allá sobrecogedor, resoplaba y se expandía la nebulosa hacia lo desconocido, hacia todo aquello que se salvó en la memoria del estruendo.

jueves, 19 de noviembre de 2009

SIGUIENDO EL HILO SOBRE EL TIEMPO

(Editado 19/11/09) Escrito 2/4

Siguiendo el hilo de la “intención sobre el blog” prometí decir algo referente a las “reflexiones sobre el tiempo”. El 12 de marzo-09 publiqué el primer escrito de cuatro (1/4). Han transcurrido varios meses y aunque no he recibido mucha respuesta críticas a mis opiniones (¿es posible que no interesen mucho o yo me exprese mal?) sin embargo, no he dejado de reflexionar. En este segundo escrito de cuatro, el 2/4, transcribo de forma somera el tiempo a través de los escritores e investigadores que han pensado sobre ello. Espero vuestros “POSTS” y comentarios.


TIEMPO COMO REALIDAD ESTÁTICA E INMÓVIL

-Parménides de Elea (510 a.C.-450 a.C.). El tiempo se asocia al concepto de eternidad y poco importa donde empiece porque siempre vuelve al inicio y ocupa en su totalidad sus límites y como indica Meliso de Samos, su discípulo, “el ser siempre es, siempre fue y siempre será”, porque la eternidad no fue ni será, sino que “es” y como tal es uno, continúo, entero y acabado por todas partes a modo de una perfecta esfera que se equilibra a sí misma y ocupa todos sus límites. La eternidad, es el tiempo ya dado en su totalidad. Es el ser que no puede ser pensado ni nombrado y en quien, sujeto y objeto son idénticos a sí mismo. En contraposición, la realidad sensible es el cambio y por tanto es lo ilusorio y la multiplicidad, que es lo mismo que decir no-es y sólo se le atribuye cierta imitación lejana y externa de aquella eternidad. En consecuencia, el orden de la razón no puede coincidir con el orden de lo real. Podemos decir que Parménides quedó hipnotizado por el Ser.

-Platón de Atenas (427 a.C.-347 a.C.). Recogerá este dualismo irreversible, el uno es y el uno no-es, y defenderá como Parménides que el único mundo que “es”, es el ser eterno, la eternidad, el “tiempo eterno” como tiempo que permanece en un presente absoluto. Platón le llamará el mundo de las ideas que, más allá de nuestros sentidos y del efecto de los acontecimientos, la physis, es el marco infinito que da la explicación del movimiento y por el cual puede ser concebida el mundo de lo sensible. A diferencia del eleata que defiende que la realidad sensible es pura ilusión-imitativa del mundo del ser, Platón le añade pues, una cierta relación de “participación” con el mundo ideal. Por ello, todo lo que aprendemos es recuerdo, reminiscencia de las ideas innatas porque no hay conocimiento si previamente, no hemos olvidado.

Así la eternidad hará participante de sí, al mundo de la apariencia, de la imagen móvil, al que pertenece el tiempo de la duración, que surgido con el universo, guarda las magnitudes temporales, ordena el movimiento cíclico de las estaciones, de los días, meses y años y es por tanto manifestación de los acontecimientos. La eternidad es pues, el fundamento del tiempo sensible porque el orden de lo real participa del orden de la razón, el tiempo absoluto que está fuera de nuestros sentidos. Y es que Platón por su experiencia vivida, siente que el mundo de la idea siempre encaja mal con el mundo real. Si en el diálogo de Teeteto” refuta a Heráclito, en el de “Sofista” critica a Parménides y en el diálogo de “Fedón” ya duda si las ideas están en las cosas o las cosas están en las ideas. Por eso, con sentido auto-crítico, en su diálogo de “Parmenides” defiende con timidez cierto dualismo: la realidad es tanto ser (mundo de la idea) como no-ser (mundo de la physis).

Sin embargo, el que uno es y el uno no-es, que lo positivo no puede separarse de lo negativo y que lo idéntico y lo diverso pertenecen ambos al ser, será en Platón la vivencia de una trágica paradoja que tendrá incorporada en sus carnes mentales. Tragedia nacida en la necesidad de intentar fundamentarse en lo firme, en lo sólido, por ello elige la esencia, el orden eterno de la idea pero simultáneamente, lo exorciza y lo domestica como condición para aceptar esta realidad sensible porque le interesa el mundo sensible, el caos y la realidad de la physis. Es la tragedia de la alteridad como dualidad irreversible: el espíritu busca la idea, lo racional, lo firme, pero la carne vive lo sensible, lo irracional, lo inestable.

TIEMPO COMO REALIDAD DINAMICA Y MOVIL

-Heráclito de Efeso (535 a.C.-484 a.C.) El ser deviene en un proceso de cambio: el “es” es nacimiento y el “no-es” es destrucción. Esto es aquello, y de nuevo por el movimiento, aquello es esto. La razón de todo es el ser cambiante y en consecuencia, el tiempo como imagen de la eternidad es devenir y fluir. Y así como en el círculo se confunde el principio y el fin, todo es uno y lo mismo porque lo que se opone se une.

Pero este eterno retorno, la perpetua circularidad, este cambio constante esta regido por el logos, por la inteligencia, que hace que los opuestos constituyan una unidad armónica a semejanza del ajuste de fuerzas opuestas que mantiene tensa la cuerda del arco. Y así “todo surge conforme a medida y conforme a medida se extingue”, porque la estructura de contrarios es propia de la naturaleza y la sabiduría es seguir la naturaleza. En Heráclito, al contrario de Parménides, el orden de la razón coincide con el orden de lo real.

-Demócrito de Abdera-Tracia (460 a.C. -370 a.C.) La realidad en el ámbito físico del fenómeno, se debe a la conjunción de dos elementos infinitos, eternos y no generados, contrarios pero entre si necesarios. Lo que “es”, es lo lleno, lo sólido son los átomos indivisibles, extensos y diferenciados en forma, tamaño, posición y orden. Y lo que ”no-es”, “es” el vacío que es lo sutil y es el espacio entre átomos. Y así, aparte de átomos y vacío, nada existe.

El movimiento eterno de los átomos en el elemento del vacío, en un azar de diferentes reacciones combinatorias genera la diversa, cambiante e infinita realidad. La realidad no es el resultado de la pluralidad de los átomos sino la combinación de ellos. Así, sin ningún tipo de finalidad (teleología), nacimiento y muerte se realizan sin producir perdida de los elementos que componen los entes. Y como se dirá en termodinámica “nada se crea ni se destruye sólo se transforma”. Es un materialismo mecanicista, en que el todo es el hecho eterno del cambio real y el espacio-tiempo es donde se verifica y mide esta realidad generada por la combinación.
Lucrecio (99 a. C.-55 a.C.) en su poemario "De rerum natura" lo continuará en Roma.

-Aristóteles, el Estagirita (384 a.C. -322 a.C.) Apasionado por la existencia de lo tangible, de lo dado como algo que emerge a la luz, piensa que el mundo de la apariencia de su maestro Platón y que él denomina physis, debe la realidad a-sí-mismo y no a algo abstracto más allá de ella, a una causa primera o “fundamento último”. El Estagirita, en contra de las ideas de Platón, justificará el cambio y lo concebirá como forma-de-ser para realizar la superación de la antinomia “ser” y “no-ser, el todo y la nada, lo variable y lo invariable, lo espiritual y lo sensible. Por el cambio será posible la auto-creación.

El hilemorfismo será la base de su explicación por la cual, la realidad cambia, según su naturaleza y en cumplimiento de su propia finalidad (teleología). Según el análisis hilemórfico el ser es la realidad descomponible de lo invariable o permanente en sus diversas modalidades (esencia, sustancia, forma, potencia y causa) y de lo variable o mutable en sus respectivas correspondencias (existencia, accidentes, materia, acto y efecto). Pero, ya que el ente-objeto es real pero su representación es subjetiva, Aristóteles crea la noción lógica de la analogía que le permitirá comparar y conectar los entes-objetos en sus semejanzas y diferencias. Ello lo hará a la inversa de su maestro: es el mundo sensible quien abrirá a lo inteligible, lo concreto quien conducirá a lo abstracto y lo particular quien lo relacionará con lo universal.

El tiempo, íntimamente relacionado con el cambio en Aristóteles, no será pues, aquella eternidad de las ideas sino el marco, previamente dado, que contendrá y fundamentará los acontecimientos en sucesión. Será a través del cambio en duración, como se manifiesta el tiempo y sus aspectos: el pasado, que ya no es, el futuro que todavía no es y el presente que tampoco es propiamente porque en la medida que fluye es un instante que posee duración. Ello nos remite a lo uno y lo múltiple, a la identidad y la diferencia. El tiempo será eternidad pero como movimiento total y continuo e infinito en potencia y la conciencia verificará, dará sentido y procesará la operación del movimiento en el tiempo.

Y a quien es movido a su vez por otro, tendrá que aplicársele el principio de la causalidad pensamiento que nos conduce al “primer motor” inmóvil y continuo como la esfera que no tiene comienzo ni fin. Será la esencia sin existencia, la sustancia sin accidentes, el acto sin potencia y la forma sin materia. En consecuencia, como “primer motor” es perfecto y autosuficiente por ello se basta y se conoce a sí mismo y no necesita a nadie ni a nada y no se relaciona con creación alguna. Es el eterno sordo-mudo que el contexto judeo-cristiano, por necesidad religiosa de dependencia, lo concebirá como creador ex nihilo, aunque no siempre llegue el dolor de la criatura a sus tapados oídos. Sin embargo como nos dice Aristóteles, la materia como ser que ya existe como algo incuestionable, es también “el lugar del deseo” por eso, este “primer motor”, acto perfecto e inmóvil, siempre será el deseado por el mundo que se mueve en una aspiración abierta a la plenitud y se mueve continuamente en la vía de la finalidad. Así es como el “primer motor” se convierte en el deseado que el tomismo será el creador.

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Esta breve reseña de los pensadores griegos sobre el tiempo, hemos comprobado que conduce al sentido ontológico del SER como categoría deíctica insustituible en la filosofía. Es en el sentido de fisura de tensión escurridiza entre ser y no-ser por donde transcurre todo el pensar filosófico. Aunque, como verbo propio de las lenguas indoeuropeas, los gramáticos lo califican de auxiliar, hemos visto que es una noción polisemia que expresa: contenido de la realidad del significante en proceso, acción o estado, hace posible el pensar de la identificación (A es A) y se balancea en igualdad con el no-ser.

Es verdad, que Parménides se dejó fascinar por el “ser” e inició la prohibición de tomar como real el camino del “no-ser”, pero Platón consideró la oposición con cierto sentido de tabú personal pues lo sensible, que aceptaba, no le servía para fundamentar la razón y lo hará como proyección que se contempla a sí misma. Fue Aristóteles que recupera la dualidad opuesta cuando defiende que el no-ser es la potencia del ser, que es acto, aunque lo acepta con cierta tragedia porque la potencia del no-ser testimonia que la completa racionalización de lo real todavía es imposible.


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-Galileo Galilei (1564-1642). Estudió el problema de la velocidad instantánea de un cuerpo en movimiento suscitando el problema del cálculo infinitesimal y a partir de él, la noción de tiempo-espacio se enfocará desde una perspectiva física como parámetro valedero para todo movimiento cuyas características serán continuidad, homogeneidad e ilimitación.

TIEMPO COMO PARÁMETRO “A PRIORI”

-Isaac Newton (1643-1727). Los conceptos de tiempo-espacio son realidades por-sí absoluta y diferenciada de la propia realidad material y se conciben como parámetros matemáticas. Sin referencia a nada externo, se convierten en un marco vacío que permanece semejante e inmóvil y sin referencia teleológica. Sólo sus variables, la “sucesión” para el tiempo y la “extensión” para el espacio son las que atañen a la existencia verdaderamente concreta, propio del mundo físico y por tanto algo propiamente relativo.

-Gottfried Leibniz (1646-1716). Si las mónadas para su contemporáneo son, en el ámbito metafísico, las formas últimas del universo, substanciales, eternas e individuales y reflejos de todo el universo en una armonía pre-establecida, el tiempo es un concepto intelectual porque es la relación de las cosas no simultaneas, entre el antes y el después. El espacio y el tiempo, más que realidad, constituye “la forma de ordenar” los sucesos por el observador. Es pues, el orden de las sucesiones.

-Immanuel Kant (1724- 1804). El tiempo con el espacio son el marco vacío (Newton) y sin realidad propia (Leibniz), Constituyen la condición formal “a priori”, trascendentalmente ideal de toda percepción posible de objetividad de los fenómenos de la movilidad, que se suceden de modo consecutivo. Sólo posee validez objetiva en relación a los fenómenos objetos de nuestros sentidos y por consiguiente sólo es la condición subjetiva de nuestra humana intuición. Desde el punto de las categorías son la representación necesaria, o formas a priori, base de nuestra intuición pura, la única que puede, bajo su función sintética, ofrecer juicios.


TIEMPO COMO DESPLIEGUE DE LA CONCIENCIA

-Friedrich Hegel (1770-1831). El tiempo-espacio es inseparable y en sí intemporal pero no como marco previo formal a los acontecimientos en devenir, es el devenir intuido como principio mismo del yo y por tanto goza de la temporalidad. Es pues, pura autoconciencia y el despliegue dialéctico es la epifanía del espíritu, esto es de la idea. Hegel supera de nuevo la escisión entre sujeto y objeto, entre el yo y la naturaleza y retoma de nuevo la realidad dinámica y móvil del tiempo.

-Henri Bergson (1859-1941). En contra del positivismo que reduce el tiempo a una forma de espacio, en el cual los estados cualitativos de conciencia se yuxtaponen a modo de pura ordenación o sucesión cuantitativa homogénea, para Bergson el tiempo se representa como duración que implica memoria y pensamiento, o sea, Conciencia. Se trata de la penetración del tiempo-espacio en lo internamente vivido, en el estado de conciencia que se funden en una unidad convertida en duración que enlaza el presente con el pasado y el futuro. Esta duración como tiempo real de la conciencia significará tradición pero también novedad e invención, en una palabra, auto-creación indefinida. El aspecto ontológico del tiempo se expresará en los seres vivos como epifanía de la imprevisible novedad del impulso creador (l’elan vital). Este, como conciencia irrepetible e irreversible, es el tiempo auténtico o real, en contra del tiempo especializado o abstracto que contempla la realidad repetible y reversible, propio de la ciencia física o matemática.

-Gaston Bachelard (1884-1962). El tiempo es vivido como dimensión esencial de subjetividad por lo que significa discontinuidad, es decir, Ritmo. Por ello, el cronómetro es el tiempo de “otro tiempo” que no puede medir nuestra duración. La duración sólo sería una metáfora.

TIEMPO COMO COTIDIANIDAD EXISTENCIAL

-Martin Heidegger (1889-1976). El ser que se origina en el presente está íntimamente dependiente del tiempo. Influido por Kierkegard y Nietzsche habla del “ser del tiempo” que es la cotidianidad existencial del ser humano, el “ser-ahí” que deberá convivir, por su condición de “ser en el mundo”, con otros seres-ahí; es pues, existencia compartida. Los “tiempos del ser” es la historicidad, el conjunto de vivencias que experimenta el “ser-ahí”, como proyección fenomenológica de la dimensión ontológica de la temporalidad. Esta a través de la respuesta “cognoscitiva” del ente, es consciente de su propia contingencia, que le conducirá al nihilismo, esto es, al ser-ahí para la muerte. Heidegger en su discurso humanista reduce al hombre a la proyección de sus funciones en el mundo y justifica su esencia realizando responsablemente su existencia que la contemplada a través de la filosofía.


TIEMPO COMO RELATIVIDAD

En el S. XX con la teoría de la relatividad en 1905, la relación tiempo-espacio se desvincularán de la filosofía y se convertirán en conceptos importantes de la física moderna y surgirán conceptos como dilatación del tiempo, contracción de la longitud en el espacio, equivalencia entre masa y energía, cuántica de campos. Las entidades tiempo-espacio, conectados por la velocidad de la luz estarán unidos al cambio, al movimiento y serán las variables independientes de leyes físicas, químicas y biológicas. Su enfoque físico cuántico comportará un conjunto de simetrías mutuas en una estructura unificada del universo macro, el de gran escala y micro, el de pequeña escala, que colocará el tiempo y el espacio en igualdad de condiciones e indisolublemente relacionados. La materia surgirá de estas estructuras espacio-temporal a partir del vacío cuántico. En consecuencia, se elimina la causalidad determinista del tiempo y se relega el tiempo absoluto de Newton que sólo permanece para masas que viajen a pequeñas velocidades respecto a la velocidad de la luz.

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N.B. El tercer escrito, el 3/4, será “Personajes del tiempo axial” y el cuarto, 4/4 y último, versará sobre “Representaciones del tiempo”.
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Espero vuestros “Posts” y comentarios.


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jueves, 12 de marzo de 2009

REFLEXIONES SOBRE EL TIEMPO

Escrito 1/4

En la juventud nos enseñan a recordar y en la adultez estamos forzados a olvidar y así nos acostumbran a fraccionar en disyuntiva: recordar u olvidar. Sin embargo, nos cuesta asociar y desatendemos que ambos estados no se contradicen sino que se aúnan porque el adulto intenta recordar cuando olvida y el joven procura no olvidar cuando recuerda. Analizamos, pero nos cuesta captar el todo.

Siempre procedemos como si nuestros estados de conciencia actuasen en nuestro interior de forma mecanicista y no intuimos que el origen de nuestras acciones es el yo interior profundo donde no hay diferenciación de motivos, sentimientos y decisiones sino que cada uno representa el espíritu entero, que es quien determina con plena libertad. El cambio es lo más sustancial y duradero que el ser tiene y es el otro lado de lo fijo, que no es más que un estado entre cambios.

Esta actitud de partición es una actitud generalizada y la encontramos también en el estudio del tiempo, tema fundamental en el nexo filosofía y ciencia: conocimiento del ser en el mundo y ciencia del universo. Y así, el tiempo aún percibiéndose como algo fácil por la cotidianidad de su experiencia, es difícil en su expresión por la dificultad de la palabra apropiada y por las constantes disociaciones con las que se formula.

Estamos convencidos que si todo cambia nada existe y que si la realidad es flujo escapa al pensamiento y por ello la historia de la filosofía del tiempo transcurre en rebotes continuos entre la idea de lo inmutable y del cambio, entre la unidad y la multiplicidad, como si de conceptos antagónicos y contrarios se tratara y de los que sólo, deba decidirse por uno.

Son dos líneas muy marcadas a nivel de pensamiento: Occidente sufre el cambio como algo externo y elucubra sobre la esencia de la realidad y del ser humano; Oriente vive en el cambio como algo propio y se interna en el descubrimiento cambiante de la realidad y del ser humano.

Intentaré reflexionar sobre ello.

viernes, 27 de febrero de 2009

Escribir divirtiéndose.

Escribir divirtiéndose,
es hallar la memoria de la permanencia en la ausencia del olvido.
Cito un párrafo de un escrito mío que explica el motivo de la frase de arriba. Deseo que sea de utilidad y espero vuestras opiniones.

“Tenía que aprenderlo todo de memoria; le habían lanzado a memorizar. Pero para él la capacidad del cerebro de almacenar no era una realidad. Tenía la impresión personal que todo en él, era un continuo presente porque al segundo se había olvidado de cualquier cosa aprendida. Siempre que veía a alguien lo veía por primera vez, no importaba que lo hubiese visto toda la vida; si leía un libro lo leía en aquel momento, aunque lo hubiese leído mil veces; si caminaba por una acera, lo hacía como si fuera diferente aunque la hubiera recorrido cientos de veces; si disfrutaba de una película, sólo le quedaba la sensación porque bien pronto se le evaporaba el argumento.

Todo se introducía en su mente pero se detenía, como si se posase sobre una ciénaga que lo engullía todo en la oscuridad del olvido y se mostraba como si no hubiese estado nunca. Así, aunque prestaba atención y repetía con interés, recordaba con dificultad y sobre todo olvidaba con facilidad pasmosa. En él, todo era “tabula rasa” y no había abertura de nada al recuerdo. Cuantas veces, se encandilaba en el milagro que representaba la memoria del “dejà vu”: ver a una persona y imaginársela como alguien ya conocida, leer un libro y recordarlo como si lo hubiese leído con anterioridad, ir por una calle nueva y evocarla como algo ya visitada en otro momento o recordar en sueños las lecciones del próximo examen.

Pero no, en él, sólo funcionaba la simple excitación transitoria de la sinapsis de la memoria a corto plazo (la memoria cache) y nunca se le excitaba y menos le funcionaba la activación de genes y síntesis de proteínas para la memoria a largo plazo (la memoria ram). Su memoria sólo se ponía en funcionamiento a modo del animal, como respuesta a las inmediatas necesidades.

Sin embargo, esta disfunción era su fuente de novedades y de recreaciones porque cada vez todo era nuevo y su fuerza para avanzar lo conseguía en el esfuerzo personal de su perseverancia. Cuando no comprendía un problema hacía un esquema y escribía un resumen de la cuestión, porque para él escribir era la lucha contra el olvido y la disciplina para la memoria. Así funcionaba su modo de proceder en los tediosos estudios de infinitas asignaturas que se repetían tan inconsistentemente como se olvidaban. No recordaba nada que no tratase de recordar mil veces en la forma más particular posible.

Sus haikus personales, epigramas en forma de chuleta o ideogramas con significado, era su heurística para resolver sus problemas de memorización. Y si el problema era abstracto intentaba comprenderlo con un ejemplo concreto. Y así lo re-escribía todo en resumen y breves croquis como si fueran rótulos estudiantiles que intentaba memorizar, trabajando cada palabra como si el mundo dependiera de ello. A fuerza de repetir y machacar siempre afloraba cierta memoria por lo menos para pasar el obligado examen.

En esto, consistía su forma individual de avanzar. La repetición y la lectura era su salvación, pues sin tener que dar cuentas a nadie le servía para descubrir nuevos puntos de vista. Y aunque lo olvidase por completo y se le borrase de la memoria, la mella, el poso y el sedimento que dejaban en su inteligencia eran suficientes. Por ello la lectura se convertía un acto placentero y creativo. Su estructura mental avanzaba con la fluidez del cambio y hallaba la riqueza en la repetición y en la variedad. Había aceptado la naturaleza impermeable y transitoria de las cosas en lugar de aferrarse a formas fijadas y categorías impuestas.

Su memoria débil le hacía penetrar en la riqueza del presente sin dejarse embaucar por la facilidad y la seguridad. Donde no hay nada de don, todo es voluntarismo y actitud constante de ser en estado de hacer. Llegó a interiorizar que lo importante en todo aprendizaje era la dedicación y la constancia. Porque es el esfuerzo el que hace que la flecha se dispare sola y se acordaba de aquel aforismo: “la ciencia se puede aprender de memoria pero la sabiduría no” (Sterne)”.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Como las inclusas.

Como las inclusas de un canal salvan diferencias de nivel, el tiempo pone al alcance de las criaturas con solución de continuidad la exploración de épocas distintas, las unifica en su sentido real, aclara verdades de otros periodos de la vida difíciles de comprender y facilita la evocación del pasado al presente en una proyección de futuro. Por que pasado y futuro existen “ya” en el presente en relación inter-actuante espacio-tiempo.

El tiempo es ave.

Porque el tiempo es ave que escapa de las manos, corre tan deprisa que arrastra el viento y va tan lento que el horizonte le atrapa, pero siempre deja el recuerdo vivo y permanente y selecciona la realidad y la recrea. Posee la información y la creatividad para diseñar el propio espacio. Es trovador, juglar, aedo y bardo de la palabra y de historias que hechizan la mente. Es el mensajero de blancas y largas barbas que permite construir la adecuada visión del mundo.

Todo tiene su tiempo.

Todo tiene su tiempo:
hay tiempos
de paz y de guerra,
de amor y de odio,
de perros y de discordias,
de recuerdos y de olvidos.
Tiempo para hablar y callar.
Tiempos de pausa,
de muertos y vivos.
Tiempos tristes y alegres,
absurdos, revueltos y buenos,
oportunos e inoportunos.
Tiempo para ganar y perder,
para conservar y arrojar.
Las cosas a su tiempo:
tiempo al tiempo,
porque quien las ordena es él
y pone a cada uno donde se merece.